VENDRÁ DE NOCHE
Vendrá de noche cuando
todo duerma,
vendrá de noche cuando el
alma enferma
se emboce en vida,
vendrá de noche con su
paso quedo,
vendrá de noche y posará su
dedo
sobre la herida.
Vendrá de noche y su fugaz
vislumbre
volverá lumbre la fatal
quejumbre;
vendrá de noche
con su rosario, soltará
las perlas,
negro sol que da ceguera
verlas,
¡todo un derroche!
Vendrá de noche, noche
nuestra madre,
cuando a lo lejos el
recuerdo ladre
perdido agujero;
vendrá de noche, noche nuestra
madre,
cuando a lo lejos el
recuerdo ladre
perdido agujero;
vendrá de noche; apagará
su paso
mortal ladrido y dejará al
ocaso
largo agujero…
¿Vendrá una noche recogida
y vasta?
¿Vendrá una noche maternal
y casta
de luna llena?
Vendrá viniendo con venir
eterno;
vendrá una noche del
postrer invierno…
noche serena…
Vendrá como se fue, como
se ha ido
-suena a lo lejos el fatal
ladrido-,
vendrá la cita;
será de noche mas que sea
aurora,
vendrá a su hora, cuando
el aire llora,
llora y medita…
Vendrá de noche, en una
noche clara,
noche de luna que al dolor
ampara,
noche desnuda,
vendrá… venir es porvenir…
pasado
que pasa y queda y que se
queda al lado
y nunca muda…
Vendrá de noche, cuando el
tiempo aguarda,
cuando la tarde en las
tinieblas tarda
y espera al día,
vendrá de noche, en una
noche pura,
cuando del sol la sangre
se depura,
del mediodía.
Noche ha de hacerse en
cuanto venga y llegue,
y el corazón rendido se le
entregue,
noche serena,
de noche ha de venir… ¿él,
ella o ello?
De noche ha de sellar su
negro sello,
noche sin pena.
Vendrá la noche, la que da
la vida,
y en que la noche al fin
el alma olvida,
traerá la cura;
vendrá la noche que lo
cubre todo
y espeja el cielo en el
luciente lodo
que lo depura.
Vendrá la noche, sí, vendrá
de noche,
su negro sello servirá de
broche
que cierra el alma;
vendrá de noche sin hacer
ruido,
se apagará a lo lejos el
ladrido,
vendrá la calma…
vendrá la noche…
Miguel de Unamuno
Cuadro: "La bella y sus fantasmas" de Miguel O. Menassa