viernes, 9 de mayo de 2014
miércoles, 7 de mayo de 2014
Poemas en homenaje a Carlos Fernández
A Carlos Fernández
Sus 56
cumpleaños
FELICIDADES
Encantada por tu implicación
hacia los libros, escritura, poesía.
Por verte crecer de
Pscoanalista y Coordinador del Taller de Poesía.
Las espectaculares
publicaciones de libros de psicoanálisis, Poesía y Fútbol
Dejando agradable
recuerdo.
Alicia Martín
Poemas en homenaje a Carlos Fernández
SUMANDO
A
Carlos Fernández
Sumas, desdeñando la suave ladera
de la vorágine que fluye enmarañada a un corazón uniformado.
Apartas, los impenetrables latidos
que se arrugan ante un impuesto azogue.
Y sumas,
suman tus manos indómitas
aquellas que escogieron caminos de deseos declinados,
deshaciendo interrogantes entre versos engarzados
por golpes de constancia
capaces de construir recónditas melodías
volando sin alas entorno a la
llama inextinguible de una pasión.
Sigue remando, desafiando temores
destilando el placer mezclado
entre vivos colores,
y bebe lentamente la madrugada
fraguando aquellos bellos paisajes que aún están sin recorrer.
Poemas en homenaje a Carlos Fernández
DIA DE GALA
A Carlos
por su 56 cumpleaños
Felicidades
Ayer comprendí
que todas las rosas desprenden perfume
es al aire que todos respiramos…
que cada cual defiende a su antojo
la esperanza para albergar a un nuevo día.
Todas las espinas arrancan la herida amarga…
en una danza de múltiples amaneceres,
el color de sangre invita a la muerte
y todos coincidimos en la misma sombra.
Ayer comprendí
que todas las palabras tienen un sabor a miel,
todos los abrazos conmueven el corazón,
proyectan la línea de la libertad
acariciando la suave fragancia de un verso.
El triunfo de la gentileza reside en las líneas de tus manos
si invitas a la palabra amor
en esa danza de sabores amargos,
los besos otorgados cumplirán un año más.
Esther Núñez Roma
Poemas en homenaje a Carlos Fernández
56 VERSOS
Cumpleaños de Carlos Fernández
Avalan tu indumentaria
hilos de esperanza renacida
cada abril, como torrentes expandidos
por ensenadas frías y desiertas.
Gotas de sangre corren por las ramas
clandestinas, transportando pasión en cada
latido, ensalzando al cosmos
en los cercos de frágiles almohadas.
Gotas de sudor granando asfaltos
haciendo salir una rama
entre resquebrajadas mansedumbres,
soplando aire fresco ante la mudez
en mesas rodeadas de cantos rodados.
Pasos dejando huellas plasmadas en el césped
bailando esferas entre primas sonrisas
enlazando distintos continentes
cada día de júbilo.
Hojas nuevas valsando cada alborada
llevando la savia emanada del alma regia
entre aquellos que desconocen
el canto de ruiseñores.
Pequeños acordes acompasan los días
poniendo un esbozo de ilusión sobre hojas
de papel, sin escribir todavía,
dejando deslizar los dedos por una piel nacarada
entre mezquinos ponientes.
Cada verso cincela un año,
cada año pule un diamante,
dejando seña en cada rumbo forjado,
cada diamante ilumina cuevas
donde el dolor se impregna entre rostros aullando,
haciendo sonar nuevos himnos
a tragaluces del tiempo.
Cada diamante lanza destellos a oscuros universos
en cada palabra sosteniendo el verso.
Cincuenta y seis versos afianzan una pequeña gran vida
esculpidos entre mareas de sueños rescatados
por los frutos del mar y la tierra.
Versos trazados en la arena que atraviesa el océano
llevando así la ventura que ha de pulir
el siguiente verso diamantino.
Gloria Gómez Candanedo
Abril 2014
martes, 6 de mayo de 2014
Poema leído en el taller 27 de abril de 2014
UNA ESPAÑA JOVEN
…Fue un tiempo de mentira,
de infamia. A España toda,
la malherida España, de
Carnaval vestida
nos la pusieron, pobre y
escuálida y beoda,
para que no acertara la
mano con la herida.
Fue ayer; éramos casi adolescentes; era
con tiempo malo, encinta
de lúgubres presagios,
cuando montar quisimos en
pelo una quimera,
mientras la mar dormía
ahíta de naufragios.
Dejamos en el puerto la sórdida galera,
y en una nave de oro nos
plugo navegar
hacia los altos mares, sin
aguardar ribera,
lanzando velas y anclas y
gobernalle al mar.
Ya entonces, por el fondo de nuestro sueño
–herencia
de un siglo que vencido
sin gloria se alejaba—
un alba entrar quería; con
nuestra turbulencia
la luz de las divinas
ideas batallaba.
Más cada cual el rumbo siguió de su locura;
agilitó su brazo, acreditó
su brío;
dejó como un espejo
bruñida su armadura
y dijo; “El hoy es malo,
pero el mañana… es mío”.
Y es hoy aquel mañana de ayer… Y España
toda,
con sucios oropeles de
Carnaval vestida
aún la tenemos: pobre y
escuálida y beoda;
más hoy de un vino malo;
la sangre de su herida.
Tú, juventud más joven, si de más alta
cumbre
la voluntad te llega, irás
a tu aventura
despierta y transparente a
la divina lumbre,
como el diamante clara,
como el diamante pura.
1914
Antonio Machado
España 1875-1939
lunes, 5 de mayo de 2014
Poema leído en el taller 27 de diciembre de 2013
ESPERGESIA
Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.
Todos saben que vivo,
que soy malo; y no saben
del Diciembre de ese Enero.
Pues yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.
Hay un vacío
en mi aire metafísico
que nadie ha de palpar:
el claustro de un silencio
que habló a flor de fuego.
Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.
Hermano, escucha, escucha…
bueno. Y que no me vaya
sin llevar diciembres,
sin dejar eneros.
Pues yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.
Todos saben que vivo,
que mastico… y no saben
por qué en mi verso chirrian,
oscuro sinsabor de féretro,
huyidos vientos
desenroscados de la Esfinge
preguntona del Destierro.
Todos saben… y no saben
que la Luz es tísica,
y la Sobra gorda…
y no saben que el Misterio sintetiza…
que él es la joroba
musical y triste que a distancia denuncia
el paso meridiano de las lindes a las Lindes.
Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo,
grave.
César Vallejo
Perú 1892-1938
De “Canciones del Hogar”
Poema leído en el taller 27 de abril de 2014
ESPANTAPÁJAROS
Ya en mi alma
pesaban de tal modo los muertos futuros
Que no podía
andar ni un solo paso sin que las piedras reve-
laran
sus entrañas.
¿Qué gritan y
defienden esos trajes retorcidos por las
exhalaciones?
Sangran ojo de
mulos cruzados de escalofríos.
Se hace
imposible el cielo entre tantas tumbas anegadas de
setas
corrompidas.
¿Adónde ir con
la ansias de los que han de morirse?
La noche se
desploma por un exceso de equipaje secreto.
Alabad a la
chispa que electrocuta las huestes y los rebaños.
Un hombre y
una vaca perdidos.
¿Qué nuevas
desventuras esperan a las hojas para este
otoño?
Mi alma no
puede ya con tanto cargamento sin destino.
El sueño para
preservarse de las lluvias intenta una alquería.
Anteanoche no
aullaron ya las lobas.
¿Qué espero
rodeado de muertos al filo de una madruga-
da
indecisa?
Rafael Alberti
España 1902-1999
De libro “Sermones y
moradas”
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