martes, 23 de septiembre de 2014

Llega el otoño


EL ALMA EN PENA

Ese alma en pena, sola,
ese alma en pena siempre perseguida
por un resplandor muerto.
por un muerto.
     Cerrojos, llaves, puertas
saltan a deshora
y cortinas heladas en la noche se alargan,
se estiran,
se incendian,
se prolongan.
     Te conozco,
te recuerdo,
bujía inerte, lívido halo, nimbo difunto,
te conozco aunque ataques diluido en el viento.
     Párpados desvelados
vienen a tierra.
Sísmicos latigazos tumban sueños,
terremotos derriban las estrellas.
Catástrofes celestes tiran al mundo escombros,
alas rotas, laúdes, cuerdas de arpas,
restos de ángeles.
     No hay entrada en el cielo para nadie.
    En pena, siempre en pena,
alma perseguida.
A contraluz siempre,
nunca alcanzada, sola,
alma sola.
     Aves contra barcos,
hombres contra rosas,
las perdidas batallas en los trigos,
la explosión de la sangre en las olas.
Y el fuego.
El fuego muerto,
el resplandor sin vida,
siempre vigilante en la sombra.
     Alma en pena:
el resplandor sin vida,
tu derrota.

Rafael Alberti
España 1902 - 1999
De “Sobre los ángeles”

     

lunes, 22 de septiembre de 2014

Llega el otoño


UN CABALLO EN LA SOMBRA

Montañas
, sólo montañas.
Soledad de cielo y campo.
Nunca otra noche en mi vida
como esa noche de espanto;
de asolación en los aires
y poderío satánico.

Por medir la oscuridad
griten la sombra, angustiado
y el grito, profundamente
quedó en la sombra temblando.

Potestades, Poderíos.
Rondas luces, viento aciago,
y de pronto la presencia
de un caballo.

Era negro como el ídolo
de la noche, y un penacho
de crines atormentadas
cubría su cuello bárbaro.

Potro de climas indómitos,
nadie lo hubiera humillado
con el rigor de unas riendas
o la amenaza de un látigo.

Iba sin rumbos en la noche
por los caminos dramáticos,
y cabalgaba la muerte
sobre el poder de sus flancos.

Sentí caer en mi espíritu
la maldición de los astros;
grité en la sombra, en la sombra
por ahuyentar el presagio,
y el grito, profundamente
quedó en la noche temblando.

A la distancia, alaridos;
fatalidad en los ámbitos,
y un temblor como de fuga
de un caballo.

Después, silencios fatídicos.
Soledad de cielo y campo.

Germán Pardo García

(De Poderíos)

domingo, 21 de septiembre de 2014

Poemas de los integrantes del Grupo de Poesía Grupo Cero de Madrid


ESTAMOS YENDO

¡¡Vamos soldados de la peste circundada 
inoculad vuestro secreto dolor en ambos ojos!!
amordazad sus labios con el sello del amor
y atad firmemente, con las muñecas a la espalda, cualquier futuro.

Así de sencilla debe ser la misiva que desde el balcón lancemos 
al pueblo oculto, por temor al recuerdo, en sus comisuras de plegaria.
Y así concisa será la tortura repetida en cada hogar, treinta y tres veces 
por minuto por tierra, televisión y aire como castigo por manchar el mar.

El pueblo es sabio, termina pagando para comer sus propios desperdicios.
El pueblo sabe escribir con tiza en la pizarra, con sangre en las cuevas 
y con un punzón de corazón, marca sus vasijas de barro para el emperador. 
El pueblo sabe y así, ¡estamos yendo!.

No desconocen la marca de los leotardos, la tos ferina de nuestros hijos
ni las banalidades de lo que hoy, madre, vamos a comer. Y estipulan 
la futura talla, de la cuarenta a la sesenta y seis, con pinzas en el bolsillos de 
gris marengo el caballero y rosa palo para la señora. De cada tres hijos uno será
esclavo de la ley, otro loco por decreto y el que escapa será traidor o poeta o 
el viento que nos recuerda que vamos yendo.

Discreción señores, los poderosos pueblos desean que sigamos escribiendo y 
cantando nuestro delirio de amor normal. Ohú y así vamos yendo!!!

Carlos Fernández


sábado, 20 de septiembre de 2014

Poemas de los Integrantes del Grupo de Poesía Grupo Cero de Madrid


¿POR QUÉ?

Me estremezco
cuando tus manos en mi piel
cuando la enredadera de letras
trepa por mi cuerpo hasta el papel.

Al despertar
llega el silencio de las despedidas.
Y me pregunto por qué
si mi corazón palpita con tu voz
seguir fingiendo que no te espero.

Cruz González Cardeñosa

Integrante del Grupo de Poesía Grupo Cero de Madrid

jueves, 18 de septiembre de 2014

Poemas de los integrantes del Taller de Poesía


IRÉ DISFRAZADA Y CON MI PERFUME


En la tarde grisácea del devenir otoñal,
un delicado arpegio de vals, con olor a jazmín,
cruzaba la penumbra a través del umbral,
danzando a suave ritmo, hasta anclar en mí,
invitándome sigilosamente a entrar en escena.

Saltaré a la nacarada pista de baile,
envuelta en el aderezado artificio
que tú elaboraste para el cuidado de mi talle,
guardando la chispa de mi mirada,
rodeada de sombras y fugaces eclipses.

Iré disfrazada por la serpia ruta celeste,
de tus afiladas espinas,
cargadas de implacable y letal pócima,
seduciendo de las plantas, todos los pistilos,
hasta dejar tus sinsabores en ellas imbuidos.

Me encubriré con el vestido del sigilo y el misterio,
como exige la milenaria tradición,
pero bajo tan aparatoso y pesado traje,
siempre, permanecerá el perfume de mi esencia,
que ningún tropel de algarabía puede difuminar.

Gloria Gómez Candanedo 
Integrante del Taller de Poesía Grupo Cero de Alcalá de Henares



martes, 16 de septiembre de 2014

Poemas de los integrantes del Taller de Poesía


Y TÚ MAR, DIME ¿DE DÓNDE VIENES?

Jirones de piel ajena
anclados a la sombra de altos muros.
Ruedas sentenciadas
a un imperfecto engranaje
de un paisaje enmudecido
donde un transeúnte solitario
es el verdugo de su vértice.

Llegaste a la esquina de un latido aterido
bañado en un rayo de sol,
una alta estrella mostraba la caricia de una noche abierta
y una mano encendida dibuja
otro perfil sobre el acantilado del deseo.

¿Quién conduce esta vertiginosa travesía imparable?
¿Qué fuerza gravitatoria vuela
Por encima del temor falaz e invisible
acechante en la propia sombra?
no me digas quién eres,
silencia de dónde vienes.

Maribel Domínguez Duarte
Integrante del Taller de Poesía Grupo Cero de Alcalá de Henares 

lunes, 15 de septiembre de 2014

Poemas de los integrantes del Taller de Poesía


LA MUJER QUE NADIE CONOCE

Allí, a lo lejos, en la oscura sombra, viene esa mujer con sus ropas sucias. Harapos de virgen de madre en penumbra, lejanía que se siente cercana a su tumba.
Nube de polvo que embadurna la mujer descalza, sin peso, si talla… y que tiñe su duelo de amores soñados, de viajes contados,  de sueños dorados.
Figura de ajedrez que guarda silencio torreón de incienso, allí encarcelada
Y grito mi nombre de letras calladas, mi rostro que yace en tus sienes amargas.
Voces sonoras en la multitud, gritan sin saber que eres tú, sin saber que las palabras hablan, mientras tu, callada, esperas al alba.
Y dibujo en la pared, allí doy la cara, valiente mujer apenas tallada.
Y pienso pensarte de una forma humana, abstracto en el viento que nadie conoce, mujer mineral de voces marcadas.
La pálida ceja de mi agonía, cerraba los ojos, quería creer que te conocía.
Gritaba a las almas que vuelan muy alto, por ver si veían a la mujer que canto.
Dime quien eres y por que me llamas, recoge tus frutos de la tierra santa.
Y lloro de pena, pregono mi muerte, y apenas me escuchas… Dime tu mujer, si quieres amarte.


Esther Núñez Roma
Integrante del Taller de Poesía Grupo Cero de Alcalá de Henares

sábado, 13 de septiembre de 2014

Verano 2014


ECONOMÍA DOMÉSTICA

He aquí la regla de oro, el secreto del orden:
tener un sitio para cada cosa
y tener
cada cosa en su sitio. Así arreglé mi casa.
Impecable anaquel el de los libros:
un apartado para las novelas,
otro para el ensayo
y la poesía en todo lo demás.

Si abres una alacena huele a espliego
y no confundirás los manteles de lino
con los que se usan cotidianamente.
Y hay también la vajilla de la gran ocasión
y la otra que se usa, se rompe, se repone
y nunca está completa.
La ropa en su cajón correspondiente.

Y los muebles guardando las distancias
y la composición que los hace armoniosos.
Naturalmente que la superficie
(de lo que sea) está pulida y limpia.

Y es también natural
que el polvo no se esconde en los rincones.
Pero hay algunas cosas
que provisionalmente coloqué aquí y allá
o que eche en el lugar de los trebejos.
Algunas cosas. Por ejemplo, un llanto
que no se lloró nunca;
una nostalgia de que me distraje,
un  dolor, un dolor del que se borró el nombre,
un juramento no cumplido, un ansia.

Que se desvaneció como el perfume
de un frasco mal cerrado
y retazos de tiempo perdido en cualquier parte.
Esto me desazona. Siempre digo: mañana…
y luego olvido. Y muestro a las visitas,
orgullosa, una sala en la que resplandece
la regla de oro que me dio mi madre.

Rosario Castellanos

México 1924 – Israel 1974

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Verano 2014


LAS CONTRADICCIONES

No encuentro paz, ni me permiten guerra;
De fuego devorado, sufro el frío;
Abrazo un mundo, y quédome vacío;
Me lanzo al cielo, y préndeme la tierra.

Ni libre soy, ni la prisión me encierra;
Veo sin luz, sin voz hablar ansío;
Temo sin espera, sin placer río;
Nada me da valor, nada me aterra.

Busco el peligro cuando auxilio imploro;
Al sentirme morir me encuentro fuerte;
Valiente pienso ser, y débil lloro.

Cúmplese así mi extraordinaria suerte;
Siempre a los pies de la beldad que adoro,
Y no quiere mi vida ni mi muerte.

Gertrudis Gómez de Avellaneda
Cuba 1814 - 1873



lunes, 8 de septiembre de 2014

Verano 2014


SI HAS DE AMARME QUE SEA SOLAMENTE…

Si has de amarme que sea solamente
por amor de mi amor. No digas nunca
que es por mi aspecto, mi sonrisa, el modo
de hablar o por un rasgo de carácter

que concuerda contigo o que aquel día
hizo que nos sintiéramos felices…
porque, amor mío, todas estas cosas
pueden cambiar, y hasta el amor se muere.

No me quieras tampoco por las lágrimas
que compasivo enjugas en mi rostro…
¡Porque puedo olvidarme de llorar

gracias a ti, y así perder tu amor!
Por amor de mi amor quiero que me ames,
para que dure amor eternamente.

Elisabeth Barret
Inglaterra 1806 – 1861


jueves, 4 de septiembre de 2014

Verano 2014


PLAZA MAYOR

ASCIENDO, por el arco, lentamente,
al redondel cuadrado de tus losas
a pleno sol ardiendo... Me refugio
en umbrales de sombre para verte.

Los ojos se entreabren a tu historia,,,
cerrada plaza hoy, el descampado
tú fuiste de la leña, extramuros,
mercado medieval, espacio cívico.

Amparo diste a míseros hebreos
en buhardillas pobres y decrépitas.
Animaban tus días tenderetes
de paños y de sedas que brillaban.

Escenario, después, de ceremonias,
de justas y festejos, gran teatro,
lugar de ejecuciones y de hogueras,
patio y salón de todas las Españas.

Fortunata vivió en casa tuya...
¿Cuántas veces paseaba tus portales?
¿La miraba Felipe con sus pájaros?
¿Rodeado de niños, la seguía?

Rompeolas, también, tú defendías
el corazón de fuego --¡honda España!--
que sangraba en tus muros y en tu centro,
en barrios pobres, ruinas cenicientas.

Recorro a paso quedo tu contorno...
relojes y sombreros me saludan
con aire de otro tiempo... Lencerías
exhiben sus bordados y sus hilos...

Los ojos se detienen en los círculos
que intercambian sonrisas y palabras:
la complacencia mutua de la vida
se siente florecer en tus pilares.

Ayer y hoy confúndense... refugia
el silencio que brota de tus pórticos.
Isla de paz, nos salvas: reconcilias
lo vivo con  lo muerto entre tus arcos.

Concha Zardoya
Chile 1914 - España 2004
de "Magerit"

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Verano 2014


CINE DE BARRIO

Lloraba
sórdidamente por mi leve garganta,
por donde resbalaban
tímidamente las palabras húmedas,
las palabras sin nombre todavía.
Respiraba
con lentitud
forzada, para que mi agonía
no se lanzara presurosa al aire,
porque a mi alrededor
había mucha gente. Estaba
en la deshilvanada y familiar cola
de un pequeño cine de barro: el "Chamberí"
(donde las butacas habían de estar calientes -era de sesión continua-,
donde un vaho maloliente
penetraría
por mis poros
durante más de dos horas,
donde, acaso, una "extraviada " pierna
rozaría la mía
y un taconazo afiladísimo
intentaría hacerle comprender a aquel podrido hueso,
su humana condición
de animal primitivo,
donde...),
y me puse a observarla.
Novios, de los que luego parecería estaban ocupando
una sola butaca.
Niños que, mientras daban puntapiés en el asiento de delante,
irían alfombrando la sala
de cacahuetes o pipas.
Hombres y mujeres de una edad ya madura,
pero infantiles, sencillos, que se reirían estrepitosamente
cuando el protagonista, al resbalar y caerse,
se embadurnara la cara
con una tarta de crema, o llorarían
con idéntica facilidad
ante cualquier lance folletinesco, e irían
alternando las carcajadas y el llanto
con un gran bocadillo de tortilla.

Sí, allí estaban todos
esperando su turno para tomar la entrada.
Contentos, felices con sus pequeñas aspiraciones
satisfechas. Para ellos
aquel rato de cine
vendría a ser
como una continuidad de lo que llevaban dentro.
Como un esparcimiento honesto
tras una jornada de intenso trabajo.
De pronto me miré, me miré hacia dentro y comprendí
que yo allí desentonaba, ya que mi alma,
no estaba acorde con la levedad del momento,
porque lo único
que iba buscando allí
era
una pequeña muerte de dos horas y pico.


María Elvira Lacaci

España 1928 – 1997

martes, 2 de septiembre de 2014

Verano 2014


BÚSCAME EN TI

Búscame en ti. La flecha de mi vida
ha clavado sus rumbos en tu pecho
y esquivo entre sus brazos el acecho
de las cien rutas que mi paso olvida.

Despójame del ansia desmedida
que abrasaba mi espíritu en barbecho.
El roce de tus manos ha deshecho
la audacia de mi frente envanecida.

Navegaré en tus pulsos. Dicha inerte
del silencio total. Ávida muerte
donde renacen, tuyos, mis sentidos.

Ahoga entre tus labios mi tristeza,
y esta inquietud punzante que ya empieza
a taladrar mi sien con sus latidos.

Ernestina de Champourcin
España 1905 – 1999
De “La voz en el viento”


lunes, 1 de septiembre de 2014

Verano 2014 -


SI ME DEJO MECER EN ESTO DEL RECUERDO QUE NADIE LO REPRUEBE…

Si me dejo mecer en esto del recuerdo que nadie lo repruebe.
Ese fue mi vivir, el que me dieron hecho.
(Las equivocaciones debieron ser, en parte, cosa mía.)
Con pan llevar de luz, a rienda suelta, corría por los campos.
La sierra y sus arroyos se me entregaron siempre generosos
y supe del goce de tenerlos, de rumiarlos en paz.
Sentada cara a os recuerdos los dejo que se alcen,
que invadan mi presente, así, con mansedumbre y ráfagas de aire, de ironía;
con los ojos abiertos al sueño irrepetible, tan de las nubes ya,
tan del ayer perdido.
Tan de mi verso ahora.

Concha Lagos

España 1913 - 2002