EL VENDEDOR DE
FRUTAS Y PÁJAROS
Yo soy ese hombre
vendedor de frutas
que en las ciudades
a las puertas llama,y un pregón musical para que le abran.
escuchad mi pregón y mis parábolas:
soy un fruticultor de la montaña.
y ramas de malvón, vendo naranjas.
y blando betabel, vendo guanábanas.
y flores de amarilla calabaza.
y un mirlo arrullador en esta jaula.
que en la ciudad ensombrecida avanza.
acudid a comprar, vendo manzanas.
¿Qué se hicieron los niños que compraban
de arrayanes y todas mis castañas?
Cambiaré mi pregón: ¡vendo esperanza!
ternura y amistad para las almas.
¿Quién quiere conocer esta abundancia
y que amistad y corazón se llama?
Soy un apicultor de las montañas.
se estrellan contra el muro de las casas.
que soy su antiguo compañero. Hay caras
cuando paso, portones y ventanas.
y alcatraz y laurel y remolacha.
Nadie más… y mi espíritu se apaga.
a las tímidas liebres y a las cabras,
del colibrí y a las palomas blancas.
Soy su vulgar jardín sucio de cáscaras.
a un mundo sanguinario que fracasa.
porque otros lucen homicida espada.
mis frutas y mi olor a mejorana!
vendo ciruelas, nueces y guayabas.
suena la una de la madrugada.
y no he vendido ni siquiera un ánsar.
y era mi corazón el que irradiaba.
vendedor de avecillas y balsáminas.
Soy una claridad entre fantasmas.
Seres que conocí surgen y me hablan
y les vuelvo a decir: ¡vendo naranjas!
otra vez en las sombras asordadas.
de signo un ruiseñor con ojos de águila.
con un carro de flores y calandrias?
siempre en nosotros, siempre agazapadas?
las penumbras en luz, y entre sus lágrimas
que él es el capitán de aquella barca!
¡Ay del que vive lejos de su infancia!
y en donde ir a soñar los que me faltan?
¿Cuándo seré mas hombre y menos niños?
¿Cuándo tendré la voluntad forjada
que en túneles sin luz vive y trabaja,
del horno abrasador curte las masas
y de la cueva renegrida saca
que el hombre necesita en su morada?
que no hay dolor y que las piedras cantan?
un tigre sideral bruñe sus garras?
¡Luz y penumbra… y no diferenciarlas!
lo que dice mi perro en sus alarmas!
¡Me estremecen sus cósmicas miradas!
donde esta el escorpión y a que distancia.
¡y que equivocaciones tan extrañas!
y por una ciudad abandonada!
¡Oh divino ignorar de mi ignorancia!
por las estrellas inocentes vaga,
lo hacen girar con músicas y danzas.
y se me parte contra el mundo el alma.
doradillas y tallos de linaza.
mi viejo carro y mis cantoras jaulas.
Ya nunca volveré… o quizá mañana,
y mis sentidos de juglar no fallan.
timbra el vacío de la madrugada.
y aretillos y anís… ¡vendo esperanza!
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