PAISAJE
DEL EXILIO
Pero
también yo en la última barca
pude
ver el júbilo del amanecer en el velameny los cuerpos agrisados de los delfines
surgir del mar del Japón.
y los mantones rosas de las matronas
en las callejas de la Manila condenada
también el fugitivo los vio con alegría.
y los vespertinos barrancos de California y los mercados de fruta,
al enviado del infortunio
no le dejaron frío.
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